Esa semana no tuvimos clase en el salón habitual del piso 5, sino en el piso 12, lo cual me dio bastante curiosidad, ya que íbamos a trabajar con computadoras. La verdad, no me sentía nada preparada para eso, considerando que soy diseñadora y no programadora. Sin embargo, el profesor fue muy paciente con nosotros (yo no tendría tanta paciencia, la verdad).